Párrafo 4
Brascovich decidió recuperar el tiempo perdido y, ante la desaparición inminente de Sutano, se llevó algunos títulos de propiedad que el gordo infame tenía en su casa, medio apretados entre un tomo de el Quijote y un Espasa Calpe edición 71. Los papeles estaban amarillos y ajados, manchados de mate y migas de un Carlitos, la firma era un garabato ilegible, pero el sello de bailarina hawaiana del estudio jurídico de Sutano era inconfundible. Además de los papeles, Brascovich también incautó un adorno medio egipcio que encontró en una gaveta. Poco ya quedaba en casa de Sutano. El gordo se había alzado con todos los títulos de propiedad de las principales embajadas del mundo libre, inclusive la Cancillería de Nuevo Torino, donde estaban guardadas los restos de la colección Luxor y un mate que le regaló el nieto de Don Pedro de Mendoza a José de San Martín. Sutano siempre agarraba el mate y decía: "me cago en todo".Y lo usaba para remendar las medias.
Gogui
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